La primera edición del IBEC FasterFuture consiguió, gracias a 37 donaciones individuales y a empresas colaboradoras, los 25.000€ necesarios para llevar a cabo las últimas fases de un proyecto para luchar contra la distrofia muscular. Lanzado en noviembre de 2017, el programa de campañas solidarias del IBEC tiene como objetivo la de recaudación de fondos para acelerar y llevar a la práctica clínica determinados proyectos que se encuentran en una fase avanzada de investigación.
El objetivo de esta primera edición era la fabricación de un dispositivo de medicina personalizada para el tratamiento de la distrofia muscular, en concreto para la distrofia miotónica, la forma más común de aparición en adultos de distrofia muscular. Este chip de tan sólo un centímetro cuadrado, también conocido como “músculo en un chip”, utiliza las propias células del paciente para estudiar la enfermedad y los posibles fármacos para tratarla, de manera totalmente personalizada. Esta plataforma permitirá hacer ensayos con medicamentos en condiciones que coinciden con las del propio paciente, de modo que el tratamiento es más eficaz que los modelos animales. En otras palabras, este “pequeño laboratorio” reproduce en miniatura el comportamiento natural de las células musculares y supone una alternativa fiable a los modelos animales.
¿Qué es un “Músculo en un chip”?
Para poder llegar a construir el dispositivo en su totalidad, el proyecto se dividió en varias fases. En una primera fase hay que practicar una biopsia en la piel del paciente para extraer fibroblastos (células del tejido conectivo que segregan proteínas de colágeno que se utilizan para mantener un marco estructural para muchos tejidos). Estas células se “reprograman” mediante modificación genética y se convierten en células precursoras del músculo. Una vez obtenidas estas células, se cultivan y se convierten en células musculares.
Para que estas células proliferen, se crea un “andamio” de gelatina y celulosa que favorecerá que las células se anclen y crezcan en tres dimensiones. Este proceso es esencial porque su crecimiento en solo dos dimensiones no reproduciría la realidad del músculo. Si todo funciona correctamente, las células empiezan a crecer, a fusionarse y al final forman los característicos miotubos musculares, células alargadas con actividad contráctil. El Dr. Juanma Fernández, investigador encargado del proyecto, asegura que “el uso de estos andamios de gelatina y celulosa supone una revolución en el cultivo de miotubos de pacientes con distrofia. Con nuestros cultivos en 3D obtenemos miotubos maduros de pacientes lo que resulta realmente complicado utilizando técnicas de cultivos convencional en 2D”.
Una vez el tejido se integra en el dispositivo “músculo en un chip” o biorreactor, se tiene que mantener vivo, para ello se alimenta con glucosa, proteínas de suero, oxígeno y dióxido de carbono. Todos los nutrientes y los fármacos que se van a subministrar al tejido lo hacen mediante unos microconductos llamados canales de microfluídica.
La campaña Faster Future consiguió recaudar la suma necesaria para llevar a cabo las últimas fases del proyecto: equipar el tejido muscular del chip con biosensores, validar la plataforma y realizar pruebas de detección de fármacos. Gracias a las donaciones, se han cumplido todos los objetivos y actualmente se está validando la plataforma. Se ha obtenido un modelo 3D de distrofia muscular con células de pacientes y con células de personas sin esta enfermedad. Sobre este modelo, se están probando tratamientos desarrollado por un grupo de investigación del Instituto de Investigación Sanitaria de Valencia (INCLIVA). Este modelo 3D supone un avance clave y una gran mejora respecto a los cultivos convencionales ya que replica de manera fiel el ambiente que encuentran las células en el cuerpo humano. Según Dr. Javier Ramón, investigador que ha dirigido esta investigación, “esta plataforma microfisiológica de músculo de pacientes ayudará tanto a estudiar la patología como a buscar tratamientos eficaces para la enfermedad”.
El futuro del proyecto Músculo en un chip
Gracias a IBEC Faster Future, el equipo del Dr. Javier Ramón ha obtenido nuevas fuentes de financiación para seguir avanzando en la lucha contra la Distrofia Muscular. Actualmente tienen un proyecto con la Fundación La Caixa junto con Rubén Artero de la empresa INCLIVA. Además, acaban de solicitar un proyecto a la asociación de distrofia muscular de Estados Unidos (la MDA por sus siglas en inglés) y pedirán otro proyecto a la Marató de TV3 que en esta pasada edición de 2019 se dedicó a las enfermedades raras.
Faster Future continua
A finales de 2019 se cerró la campaña de esta primera edición dedicada a la distrofia muscular, aunque las donaciones siguen estando disponibles a través del portal www.ibecbarcelona.org
IBEC Faster Future tiene en marcha la segunda edición dedicada a luchar contra el Parkinson, liderado por el grupo de investigación de Sílvia Muro, campaña que aún está abierta a donaciones. El objetivo de este proyecto es desarrollar un anticuerpo capaz de traspasar la barrera hematoencefálica y transportar al cerebro un fármaco para tratar el Parkinson.